El afiche de las películas, que constituye uno de los más eficaces elementos de reclame del espectáculo, se está poniendo por las nubes. Las casas extranjeras siguen enviándolos en igual cantidad, pero nuestra aduana impide su entrada al país, imponiéndole un impuesto enorme. Antes se pagaba por los affiches $0.15 a 0.20 por kilo de papel, ahora la aduana cobra $2.00 oro por kilo. La reforma es sorprendente y dará lugar a comentarios de toda índole. Pero reparémos solo en los perjucios que la disminución de affiches, determinada por ese aumento, causará al comercio del film, y estará todo dicho. Realmente el caso resulta abusivo... ¿Qué se pretende hacer con eso? ¿Amparar el affichismo nacional, que apenas existe, o sacar nuevos lucros, sin considerar que con ello se perjudica al comercio cinematográfico?"
Artículo publicado en La película. Semanario Cinematográfico Sudamericano del 31 de julio de 1919.
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