viernes, 11 de noviembre de 2011

Bailarinas para Buenos Ayres

Pertenecen al llamado cine de explotación (o exploitation) las películas cuya máximo atractivo comercial es la explotación de determinada temática (usualmente controvertida) o figura haciendo uso de una publicidad exagerada y en la mayoría de los casos, prometiendo al espectador ávido de sensaciones fuertes, cosas que después no encontraba en la sala.
A lo largo de la historia han aparecido subgéneros como el blacksploitation (con temáticas y protagonistas negros), el sexploitation, las películas de delincuentes juveniles, de motoqueros, de nudistas, el mondo (documentales sensacionalistas) y una larga lista.
Uno de estos subgéneros, tremendamente popular en los inicios del cine fue el white slavery o películas sobre trata de blancas. Desde principios de siglo hasta los años 40 se filmaron cientos de films sobre mujeres caídas en desgracia, forzadas a la prostitución por hombres extranjeros o necesidad económica, con fuertes mensajes moralizantes e intención de perturbar al público (para por supuesto llevarlo a las salas).

Durante el apogeo del subgénero, operó en Argentina una enorme red de trata de blancas conformada por proxenetas judíos/polacos bajo la fachada de la "Sociedad de Socorros Mutuos Varsovia". El centro operativo de la organización era Buenos Aires, y llegó a monopolizar la prostitución con 430 proxenetas que controlaban 2000 burdeles y 4000 mujeres.
La organización reclutaba mujeres jóvenes en Europa del Este aprovechando la crisis económica de posguerra y los pogroms, con falsas promesas de matrimonio o trabajo como empleadas domésticas de ricas familias judías. La Zwi Migdal desaparece en 1930 gracias a la denuncia de una joven polaca que derivó en el allanamiento de su sede central y la encarcelación de la mayor parte de sus socios.

Ese mismo año, la productora alemana Hegewald Films presentó Tänzerinnen für südamerika gesucht (Bailarinas para sudamérica), un drama en 8 actos protagonizado por Dita Parlo y dirigido por Jaap Speyer. El argumento, según el documento de la izquierda es más o menos así: una chica joven de Alemania es llevada como bailarina a América del Sur por atractivos anuncios en los periódicos. La película muestra sus experiencias allí, y su liberación gracias al periodista Gerhard.

La película fue estrenada en Alemania y Austria. Como se puede ver en los siguientes programas, el atractivo principal en uno es la protagonista, ya popular en su país de origen. El otro reproduce una imagen común en muchos de los afiches del subgénero: la víctima forcejeando con su explotador.


En España tuvo también su estreno en 1933 con el nombre Mercado de mujeres, distribuida por Sonoro Film y con el auspicio de la Liga Abolicionista y el Patronato de protección de la mujer. Las críticas la destacaron como una película de una cruda realidad y de un interés humano extraordinario.
En su segunda semana de exhibición decían los diarios: Tan magnífica acogida ha tenido "Mercado de mujeres", que la Empresa se ve obligada a prorrogarla en el cartel.

En las imágenes de este programa de mano español (cortesía del especialista Paco Moncho Pascual) se puede leer un argumento más detallado.










Durante los años 20 y 30, Argentina fue un enorme mercado para el cine alemán y -aún sin datos que permitan afirmarlo- no sería raro suponer que, teniendo en cuenta lo sensible del tema y el lugar de desarrollo de la acción, la película no haya sido estrenada en el país.
En Bélgica sin embargo, sin riesgo de herir susceptibilidades nacionales, el film de Speyer se estrenó en el cine Roxy con el más acertado título de Bailarinas para Buenos Aires